Coetus Internationalis Ministrantium
El patrón de los ministrantes
San Tarsicio
Vida y obra
Su vida y su martirio han llegado a nuestros días gracias al poema del Papa Dámaso (366-384 d.C.). Según él, el joven Tarsicio fue martirizado en Roma por paganos, cuando iba de camino a llevar la Santa Comunión a cristianos enfermos o prisioneros, porque se negó a entregarla para que fuera profanada. El Papa Dámaso no nombra la causa directa de su muerte, pero establece un parangón con San Esteban, por lo que se deduce que también Tarsicio fue apedreado.
En los siglos VI-VII encontramos otras informaciones en una Pasión y algunos itinerarios de la época, según los cuales Tarsicio fue un acólito a quien mataron los paganos el 15 de agosto de 257 d.C. mientras cumplía con un encargo litúrgico. Hoy en día nos resulta imposible verificar estas informaciones y aún permanece sin esclarecer si a Tarsicio lo mataron durante una persecución de cristianos o si fue víctima de un hecho singular.
Según itinerarios del siglo VII, el Papa San Ceferino (199-217 d.C.) y el joven mártir Tarsicio fueron sepultados en una tumba común –aunque en diferentes tiempos– en el Cementerio de Calixto en la Vía Appia Antica. Más tarde, se trasladaron los restos mortales de Tarsicio a la iglesia romana de San Silvestre, en Capite. Tarsicio fue incluido en el Martirologio romano con la fecha del 15 de agosto, día en que hasta hoy se viene conmemorando su aniversario.
Entre todos los Santos mayores y menores, Tarsicio es uno de los pocos jóvenes y niños que son venerados como santos. Las Catacumbas de Calixto, donde se supone que fue sepultado originalmente, mantienen viva la memoria de su devoción, su sacrificio y su servicio a los necesitados.
Tarsicio es el Santo Patrón de los ministrantes y de los niños que hacen su primera comunión.
Su nombre proviene originalmente del griego y fue latinizado posteriormente. Significa: el valeroso.
Claudio Tomassini (CH), 2009